Sin la guía ni la información adecuada, hasta el destino más lindo puede ser decepcionante. Por más deslumbrante que sea París, su belleza puede opacarse si solo se visitan puntos repletos de turistas o si para llegar a un lugar se pierde todo el día. Pero si el recorrido se hace con alguien que conoce la ciudad, el efecto es completamente distinto. El viaje se convierte en una experiencia única, con más matices y condimentos, con un saber que no se encuentra en ninguna guía turística.
Con esta premisa de curaduría en mente han comenzado a crecer los viajes con referentes. Particularmente, de mujeres con mentoras de las más diversas áreas, desde cocina y yoga a conocedoras de destinos exóticos como la India.
Comer, cocinar y conocer
Desde hace casi una década, la cocinera Juliana López May lleva grupos de mujeres a Italia. ¿El plan? Comer rico (en bodegones, pero también en restaurantes de estrellas Michelin), visitar mercados con la guía de periodistas gastronómicos, restaurantes y bodegas, tomar clases de cocina y conocer distintos puntos del país mucho más allá de lo obvio. Este año, sin embargo, decidió renovar su propuesta y se inclinó por Francia. “Hay muchas mujeres que ya viajaron conmigo y querían otro destino igual de interesante”, relata.
Habiendo conocido Francia por primera vez a sus 19 años de la mano de Francis Mallmann y con sucesivos regresos luego, Juliana también es una gran experta en este país. El viaje incluye París, Dijon y Lyon, para llegar finalmente a la Provenza. El primer grupo partió en mayo y habrá dos más en octubre. Uno ya tiene los cupos llenos, pero la tercera fecha aún cuenta con lugares disponibles: del 19 al 29.
Con un máximo de 16 mujeres, la chef asegura que se generan vínculos muy cálidos. Sobre todo, por la variedad de edades, que va de los 40 a los 70 años. “Vienen amigas, madres e hijas, hermanas. Y mujeres de toda Latinoamérica, en mayo éramos argentinas, chilenas, uruguayas y mexicanas”, cuenta. En esta aventura compartida también hay espacio para el tiempo libre, algo fundamental para seguir disfrutando el viaje. Momentos que pueden usarse para comprar regalos, recorrer algún museo o simplemente descansar.
Sobre el valor de la mentoría, Juliana no duda: “Te ofrezco un atajo a lo más lindo”. Su curaduría permite a aquellas amantes de la cocina y el buen comer empaparse de lo más interesante, fresco y sabroso sin intermediarios ni chascos. Para enterarse del detalle de futuros destinos (en diciembre hará dos viajes a la Patagonia, en 2025 la idea es volver a Italia para el décimo viaje y quiere iniciar travesías a Australia), se debe escribir a [email protected].
Abrir el espíritu en India
Si tuviera que definir sus viajes a India, Tini de Bucourt diría que son transformadores. Porque aunque no son espirituales en el sentido más estricto del término -no hay estadías en ashrams- lo son en cuanto a la comunión del espíritu con lo más puro del destino. “Son viajes vivenciales, experimentales y culturales”, describe esta referente que fue modelo, empresaria y docente y hoy es oradora, coach y organizadora de estos viajes de mujeres.
¿Y por qué India? Porque conoce ese país como nadie. A raíz de haber vivido siete años allí y de haber viajado decenas de veces para abastecer sus locales de Punta del Este, una amiga, dueña de una agencia de viajes, le propuso organizar la primera experiencia. Se hizo desde Uruguay y el resultado fue más que aplaudido. Corría 2006 y acababa de iniciar una nueva etapa.
Gracias a sus posteos en Facebook sobre sus aventuras en India, también la llamaron desde una agencia de viajes de Rosario, y así comenzó su versión argentina. Al principio los grupos fueron mixtos, pero con el tiempo decantaron en solo mujeres. “Mi experiencia es que son diferentes solas a cuando están en pareja. Se animan más y están más abiertas. Y parte de mi tarea es esa: que puedan abrirse y romper sus mandatos”, ilustra Tini. Es que aunque hay actividades más turísticas (nadie se va de India sin conocer el Taj Mahal), la premisa es recorrer el destino como un local. También, generar amistades dentro del grupo, razón por la que no suelen ser nunca más de 15.
En el próximo viaje, que sucederá en octubre y será el número 13, la recorrida incluirá el norte del país, visitando Calcuta y la casa de la Madre Teresa, conociendo Rishikesh, Jaipur y Udaipur, además de hospedarse en uno de los mejores spas del mundo, al pie del Himalaya. La elección de la fecha responde a que es otoño, clima más que agradable para recorrer un país que en verano puede llegar a los 45°C.
Además, Tini realiza viajes por el interior de Argentina, con destinos como Catamarca, Salta, La Rioja, Ushuaia o Chubut. En esos casos el grupo es aún más chico: solo ocho mujeres están invitadas. “Quiero a las mujeres sentadas en una mesa en la que se pueda conversar, intercambiar y no interrumpirnos. Quiero generar un entorno de conexión. Trabajar de forma personalizada es parte de mi regalo a mis pasajeras”, sintetiza. Estima que el próximo viaje local será en marzo/abril de 2025, y puede pedirse información a [email protected] o en su Instagram, @tinidebucourt.
Yoga en la playa
La mentoría también es especialmente valiosa cuando la intención es aprender algo nuevo o reforzar lo ya conocido. Ese tipo de acompañamiento y guía provee Mariana Vega, más conocida como Ticky, para los grupos de mujeres que lleva a Costa Rica como profesora de yoga.
El próximo viaje será del 15 al 21 de agosto, cuando se asociará con la profesora de hatha vinyasa yoga Nancy Goodfellow para el “Pura Vida Retreat”, un retiro en Santa Teresa, un paradisíaco pueblo al borde del mar. Aquí la propuesta es aprender técnicas para calmar la mente, revitalizar el cuerpo y llenarse alegría y paz, así como “descubrir el arte de los ajustes para mejorar tu postura física”. Esto se complementa con la respiración consciente y también con enseñanzas sobre la manifestación, una práctica sobre la que Ticky acaba de sacar su libro “Doce pasos para manifestar la vida que soñás” (Planeta).
Los viajes son únicamente femeninos, y los grupos son reducidos en plan de generar un entorno íntimo y de confianza. “En nuestros viajes pasan cosas únicas y se generan lazos muy fuertes. Por eso, sumarse sola es una muy buena opción”, alienta la dupla a cargo. Para asistir no es necesario ser experta en yoga, solo disfrutar la práctica. Y así como habrá instancias para compartir, también para el tiempo libre. “Creemos que lo más importante para desconectar es disfrutar de la naturaleza, hacer yoga, caminatas, siestas, salir a recorrer el pueblo o simplemente hacer nada. A veces la mente necesita eso para descansar. ¡Habrá tiempo para todo!”, se entusiasma Ticky. Para pedir más información, se debe escribir a [email protected] o vía Instagram, @ticky_yoga.
Viajar con mentoras permite sacarle el máximo provecho a las experiencias. Solo es cuestión de elegir el destino o interés para ir en busca de una nueva aventura.
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