LONDRES.- Bajo el lema “Enough is enough” (Ya es suficiente) manifestantes antiinmigrantes rompieron el domingo ventanas de hoteles e incendiaron contenedores en el norte de Inglaterra, en la última oleada de disturbios que ha puesto a prueba al nuevo gobierno del primer ministro Keir Starmer. Tras la conmoción que tiene en shock a un país entero por la muerte de tres niñas la semana pasada en un ataque con arma blanca en una clase de baile infantil en Southport, en el noroeste de Inglaterra, cientos de manifestantes antiinmigración protagonizaron nuevas protestas y enfrentamientos contra la policía en pueblos y ciudades de todo el país.
Las protestas comenzaron después de que se propagaran rumores en las redes sociales, difundidos por influencers de extrema derecha, sobre la nacionalidad y religión del presunto agresor de Southport.
Cientos de manifestantes se congregaron junto a un hotel utilizado para alojar a solicitantes de asilo cerca de Rotherham, en el norte de Inglaterra. Los manifestantes arrojaron ladrillos a la policía y rompieron varias ventanas del hotel, antes de prender fuego unos contenedores. Decenas de manifestantes se congregaron junto a otro hotel de este tipo en Aldershot, al sur de Inglaterra.
Tanto en Rotherham como en la ciudad de Lancaster, en el noroeste del país, hubo contra manifestantes antirracistas, y la policía mantuvo separados a ambos grupos. Cuando comenzaron las protestas en Bolton, cerca de Manchester, la policía informó de que se había autorizado un aviso de dispersión para dar a los agentes más poderes para atajar el caos. La inspectora jefe Natasha Evans, de la Greater Manchester Police, dijo que la policía seguirá aumentando su presencia para hacer frente a cualquier incidente.
El gobierno laborista de Keir Starmer intentó este domingo convencer a los ingleses de su capacidad para frenar las violentas manifestaciones alentadas por la extrema derecha, durante la quinta jornada de los peores disturbios de los últimos 13 años en el país.
”Les aseguro que se arrepentirán de haber participado en este desorden”, declaró el primer ministro Starmer en una breve rueda de prensa en Londres, añadiendo que su gobierno hará “todo lo necesario para llevar a estos matones ante la Justicia”.
Ayer también hubo violentos disturbios en ciudades de todo el país, como Liverpool, Bristol y Manchester, que terminaron con decenas de detenciones, vandalismo y saqueos de tiendas y comercios y varios policías heridos, según las declaraciones de las autoridades. El gobierno prometió medidas severas contra los participantes en la violencia.
Los disturbios estallaron en Southport el martes por la noche, tras el apuñalamiento ocurrido el lunes en una fiesta temática de Taylor Swift en esta ciudad, y se extendieron después por toda Inglaterra. Al menos dos mezquitas sufrieron ataques y el Ministerio del Interior británico anunció el domingo que estaba ofreciendo nueva seguridad de emergencia a los lugares de culto islámicos.
Un mes después de asumir el poder, Starmer enfrenta así su primera crisis, en un tema especialmente sensible ya que durante la campaña los conservadores acusaron a los laboristas de ser laxos en materia de seguridad e inmigración. Desde el lunes multiplica los mensajes de firmeza y las garantías de apoyo a las fuerzas policiales contra lo que describe como “odio de extrema derecha”.
Después de una reunión de emergencia con sus principales ministros el sábado, advirtió que su gobierno apoyaría a la policía para que tomara “todas las medidas necesarias para mantener las calles seguras”. Consultada sobre la posibilidad de recurrir al ejército la ministra encargada de la policía, Diana Johnson, aseguró el domingo en la BBC que las fuerzas del orden “tienen todos los recursos necesarios”.
En las manifestaciones, se gritan consignas antiinmigración e islamófobas mientras se ondeaban banderas inglesas. Aunque las condenas a la violencia son unánimes, empiezan a surgir críticas contra el gobierno. La exministra conservadora del Interior, Priti Patel, opinó en X que el gobierno “corre el riesgo de parecer arrastrado por los acontecimientos en lugar de mantener el control”.”En las últimas dos semanas, bajo los laboristas, hemos tenido ataques con cuchillo contra personas inocentes, peleas callejeras con machetes, disturbios y violencia en manifestaciones”, afirmó en X el partido antiinmigración Reform UK, acusando al Partido Laborista de ser “laxo con los criminales”.
Agencias Reuters y AFP
LA NACION