El condado de Miami-Dade se encuentra en la búsqueda de un nuevo lugar para construir su planta de conversión de residuos en energía. Este proyecto surge tras un incendio ocurrido en febrero de 2023 que afectó la planta existente. Actualmente, existen cuatro propuestas, las cuales despiertan diversas polémicas entre los residentes de la zona. El comité de infraestructura realizó una reunión abierta para escuchar todas las voces y analizar dónde se hará la nueva edificación.
La empresa AtkinsRéalis, con sede en Quebec, se encargará del reemplazo bajo un contrato de diez años, valorado en 65 millones de dólares, según informan medios locales como Local 10. La nueva instalación tendría la capacidad de incinerar 4000 toneladas de residuos diariamente, utilizando el calor generado para producir electricidad.
Desde el incendio, el Departamento de Gestión de Residuos Sólidos exploró varias opciones para el nuevo emplazamiento. Los problemas de contaminación del aire y las quejas de los residentes por problemas respiratorios aumentaron la urgencia de encontrar una solución adecuada. La planta anterior, operada por Covanta, fue objeto de críticas tras los incidentes, lo que llevó a cambios en la dirección del departamento.
Hasta el momento, se han considerado cuatro sitios posibles:
Esta última propuesta surge, ya que tanto Bermúdez como la alcaldesa de Doral, Christi Fraga, expresaron disconformidad con la idea de que el incinerador esté en su zona y creen que esta alternativa es la mejor para todos.
“Pensamos que es una buena opción tener un acuerdo entre las comunidades, de que sea bastante lejos de cualquier zona residencial, sea del condado Miami-Dade o de Broward, tomando eso en consideración también. Creo que la oferta que está haciendo el desarrollador que tiene este terreno es algo que beneficia al condado a largo plazo”, afirmó Fraga en una entrevista con AmericaTeVe Miami.
Las críticas hacia la nueva planta de incineración de basura en Miami-Dade: “Contaminará a miles de residentes”
Por su parte, el alcalde de Miramar, Wayne Messan, se opone tanto a esta última opción como a la de Opaloka West por presentar el mismo perfil ambiental. Asimismo, afirmó que estas propuestas encontrarán resistencia no solo de la ciudadanía, sino también de las organizaciones ambientalistas.
“Una catástrofe sería imperdonable, no podrán deshacer el daño si pasa un accidente”, advirtió Messan. Acto seguido, continuó: “No tiene sentido tomar el riesgo de invertir 1500 millones de dólares en un incinerador tan grande que va a traer cenizas al agua que bebemos, contaminará a miles de residentes”.
Además, el alcalde aseguró que tanto el gobierno local como los habitantes de Miramar no tuvieron voto en este proceso y, sin embargo, se está llevando adelante la decisión de poner el basural en su área. “No somos adversarios, todos somos sur de la Florida, es una misma región”, concluyó. En sus redes sociales, Wayne Messan manifiesta su rechazo junto a activistas ambientales que llevan la consigna “No en mi patio” y denuncian los riesgos ambientales que podría traer este proyecto.
LA NACION