Quién compra hoy un pasaje en Aerolíneas Argentinas?

Asambleas informativas tan parecidas a paros que ni un experto podría notar la diferencia; imprevistos cambios de horario de las medidas de fuerza; miles de pasajeros varados, contando historias de lo más diversas, algunas dramáticas y todas indignantes; dirigentes gremiales ocupando un lugar en el directorio de la empresa que tiene que adoptar decisiones para neutralizar el accionar del propio dirigente, o sindicalistas de vacaciones en el exterior.

Frente a la perspectiva de que esta dramática situación se reitere con frecuencia semanal, ¿alguien puede creer que, en lenguaje de los economistas, estemos frente a una situación de equilibrio estable?

Rara vez se producen modificaciones autónomas. El cambio siempre arranca con una frustración. En este caso la pregunta es la siguiente: ¿quién compra hoy un pasaje en Aerolíneas Argentinas? No diría nadie, porque a veces se carece de alternativas; pero cabe esperar que la venta de pasajes por parte de nuestra aerolínea de bandera haya caído de manera sustancial.

Digamos, a la mitad de lo que hubiera sido en condiciones normales. ¿Qué empresa sobrevive a costos aproximadamente iguales a los anteriores, pero ingresos equivalentes a 50% de lo que eran? Ninguna. Lo cual, en el caso de otro gobierno, probablemente hubiera implicado la asistencia financiera por parte del Estado. En el gobierno presidido por Javier Gerardo Milei esto es difícil de creer. ¿Entonces?

Lo que sigue es pura especulación, no sirve para pronosticar sino para pensar. El Poder Ejecutivo intentará quebrar la resistencia duplicando o triplicando la apuesta. Para lo cual, lo único que no sirve, es el statu quo.

¿Qué tal si Aerolíneas Argentinas dice: “si cayendo los ingresos a la mitad, como consecuencia de la pulseada con algunos gremios como está planteada actualmente, me fundo, perdido por perdido juguemos a fondo”? Por ejemplo, cerremos la operatoria durante 6 meses sin pagar salarios, decisión sólo revisable si los gremios aeronáuticos más combativos se rinden de manera incondicional (la nomenclatura pertenece a la terminología utilizada al final de la Segunda Guerra Mundial).

Soy analista, no formulo recomendaciones. El sentido de estas líneas es llamar la atención sobre una dinámica que no tiene nada de estable y, en estas condiciones, la toma de decisiones se tiene que basar en el siguiente principio: “algo va a pasar”.

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