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La dueña de esta casa es arquitecta y fue la encargada de su reforma. Fue ella quien además, con mirada aguzada, supo marcar el rumbo para un paisajismo hecho de contemplación pero, especialmente, de recorridos. Un pedido importante fue que el jardín tuviera estructura todo el año. Otro, que la sectorización de la parte delantera generara asombro, y que uno pudiera estar dentro de la casa pero sentirse afuera.
Ubicado en Barrio Parque Miramar, Uruguay, “el jardín del frente tiene el concepto de diseño de los ‘wall gardens’ ingleses, que son como habitaciones al aire libre”, detallan Fernando Bianco, paisajista a cargo del proyecto. “En el recorrido se transita por los distintos espacios, cada uno con sus características. En este caso, con muros de ladrillos de campo y rejas de hierro, que dan cierta unidad visual al conjunto”, precisa el profesional sobre la estética y la búsqueda de cohesión.
En el ingreso, la casa se vincula al exterior mediante una fachada de vidrio. Al costado, una pequeña huerta marca acceso a la cocina. El camino es de losas grises, de una cantera de la zona, en Lavalleja. La plantación genera una entrada con una curva.
Al fondo, el portón de acceso al jardín genera una entrada más envolvente gracias a la Acacia trivervis, muy característica de la zona costera. Y una butia, una palmera nativa del Uruguay, según precisan los paisajistas.
Las especies elegidaspor el paisajista para el ingreso fueron Plectranthus neochilus, que florece durante un periodo largo, Pittosporum tobira ‘Nana’, que da estructura permanente, Acanthus mollis, que en invierno y primavera está en su esplendor. Las Canna indica estaban en el jardín anterior, y generan diversas alturas y follajes. La lagerstroemia se plantó como árbol mediano junto con una Parthenocissus quinquefolia, y regalan un otoño interesante y floración atractiva en verano.
“El pedido del cliente fue ralizar este jardín en el frente, para producir el impacto apenas cruzado el cerco de madera, que lo separa mucho de la calle y lo presenta como un lugar completamente conectado con la casa”, aporta Bianco. El paisajista trabajó en un cantero del ingreso con especies para utilizar en la cocina, combinado con macetas terracota con buxus podados. Es el segundo patio, que sigue al de la entrada. Las plantas parecen emerger entre el solado de baldosones de piedra.
En el sector de la pileta, se colocaron herbáceas de flor como salvias ‘Amistad’, tulbagias blancas, erigerones como cubresuelo, algunas stipas y, para el cerco contra el vecino, melaleucas para dar límite. En el sector más cercano a la galería de la casa se eligieron Eugenia myrtifolia para un cerco más denso. En este jardín del fondo, el césped da paso a la pileta con losas.
La conexión del jardín con el lago fue realizada con una escalera con losas de piedra, que el paisajista buscó unificar con los materiales con el frente de la pileta. A la izquierda, acompañan los tres canteros en escalera con Cotoneaster microphyllus. El solado es de ladrillos colocados en forma de espina de pescado. El cerco con melaleucas y eugenias le da continuidad al otro, que se plantó en el sector del jardín y se acompañó con setarias.
Plantas con follajes distintos arman un cantero tropical contra la pileta. Entre ellos palmera pindó, setaria, cyperus alternifolius, Hedychium coronoarium, palmera kentia. El cantero se duplica en la pileta y amplía la sensación de estar afuera. Junto con la laguna, el efecto es de ensueño. Una vez dentro, los patios se repiten y el verde está adentro y la casa afuera.