La trágica muerte de Daniel “La Tota” Santillán a los 57 años conmocionó al ambiente del espectáculo y a sus fieles seguidores, sobre todo tras conocerse que la causa de su fallecimiento ocurrió durante un incendio en la casa donde vivía, en la localidad bonaerense de Castelar. Casi 48 horas después, trascendieron las imágenes de cómo quedó el hogar en medio de los peritajes que intentan dilucidar si se trató de un siniestro accidental o intencional.
El cantante y conductor de TV fue hallado muerto a última hora del domingo por amigos cercanos que se acercaron a su domicilio luego de que Santillán no se presentara a un show que tenía previsto para esa velada y no respondiera el teléfono, tal y como narró su representante y mejor amigo Maximiliano.
Un rápido llamado a la Policía de la provincia de Buenos Aires fue determinante para poder acceder a la casa que yacía completamente quemada. En el lugar, las autoridades encontraron quemaduras en el 90% del cuerpo de Santillán -según el parte policial al que accedió LA NACION– líquido inflamable y fósforos, que desataron una ola de rumores sobre la posibilidad de que se haya tratado de un suicidio.
Pese a los graves daños provocados por el fuego y llamas, la autopsia llevada a cabo por los peritos y la policía científica determinó que el conductor de Pasión de Sábado falleció como consecuencia de síndrome asfíctico que se genera tras la falta de oxigenación del cuerpo, en este caso pudo haberse debido a la inhalación de humo.
En las imágenes que se dieron a conocer del interior de la casa de Santillán se puede observar los efectos del foco ígneo tanto en las paredes como en los muebles, muchos de ellos reducidos a cenizas o completamente destruidos. La mayor parte de los daños se concentraron en la living de la casa y en un sillón que resultó ser el objeto más afectado y en donde se cree que pudo generarse y empezar a expandirse el fuego, aunque unas huellas halladas en dirección al baño, junto con una toalla tirada en el suelo, pueden ser claves para explicar como se propagaron las llamaradas.
Además, en un informe periodístico emitido en el noticiero del canal Telefé se detallaron el resto de fotografías tomadas por el grupo de peritos que actuaron en la escena. En una de ellas se logra ver con más detalle los daños ocasionados, como por ejemplo, en el comedor, donde las llamas dañaron las paredes, la mesa -con un termo y un mate encima- las sillas y el amueblado en general.
Otra imagen muestra cortinas calcinadas, el hollín esparcido por todos los rincones del living-comedor junto con parte del decorado carbonizado. Sin embargo, llamó la atención que el fuego no hubiera alcanzado el exterior del condominio y que, en ese caso, hubiera alertado a los vecinos de la zona.
Por otro lado, según consignaron en el mencionado informe periodístico televisivo, no existió una falla eléctrica ni un escape de gas que haya dado inicio al incendio. Pero por el momento continúa la investigación.
Ricardo Daniel Carías, más conocido como La Tota Santillán, nació el 1.º de agosto de 1967, en la localidad mendocina de San Martín. Comenzó su carrera de joven, cuando empezó a presentarse en clubes bailables y eventos, donde comenzó a ser reconocido en el ambiente musical.
Durante la década del 90 llegó a la televisión, donde se consolidó como conductor de programas vinculados con la música, como los ciclos televisivos de cumbia Pasión tropical y Pasión de sábado. Es recordado por haber presentado a distintos artistas del género tropical, como Rodrigo “El Potro” Bueno y Walter Olmos. Asimismo, también fue productor musical y llegó a grabar varios discos de ese género.
También participó de obras teatrales, como Pobres, pero casi honradas y Hasta que la risa no se pare. Asimismo, estuvo en las dos primeras ediciones de Cantando por un sueño.
Las causas judiciales de La Tota Santillán
En el año 2023 fue condenado a cinco años y medio de prisión acusado de ejercer violencia de género contra su expareja Sol Fiasche, madre de sus dos hijas menores. Sin embargo, Santillán no fue preso debido a que la sentencia no estaba firme. El conductor televisivo había sido hallado culpable de los delitos de “amenazas agravadas por el uso de armas, lesiones leves agravadas por haberse cometido en el marco de la pareja y por mediar violencia de género” en perjuicio de su expareja y de sus hijas durante su relación y luego de la separación.
Además, fue condenado por “amenazas” contra su exsuegro, por el “hurto” del teléfono celular de quien entonces era su contador y por “amenazas coactivas agravadas por compeler a una persona a hacer abandono de su residencia habitual o de trabajo” en perjuicio de una empleada de su expareja.
LA NACION