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Tener plantas en el dormitorio puede ofrecer múltiples beneficios, desde mejorar la calidad del aire y aumentar la humedad hasta proporcionar un ambiente más relajante. Las antiguas preocupaciones sobre el consumo de oxígeno y la producción de CO₂ fueron desmentidas hace tiempo y, con el cuidado adecuado, las plantas pueden ser un aliado saludable y agradable en tu espacio de descanso.
Dormir con plantas en el dormitorio tiene principalmente dos grandes beneficios: por un lado, mejora la calidad del aire porque muchas plantas tienen la capacidad de filtrar y absorber contaminantes como el benceno, el formaldehído y el tricloroetileno. Por otro lado, las plantas aseguran óptimos niveles de oxígeno en el dormitorio.
Aunque respiran oxígeno durante la noche, la cantidad de oxígeno que producen supera el nivel de consumo. En general, esto contribuye a un ambiente más fresco y saludable
Además, las plantas liberan vapor de agua a través de su transpiración, lo que puede ayudar a aumentar la humedad en el aire. Esto es beneficioso para mantener la piel y las vías respiratorias hidratadas, especialmente en ambientes secos.
Un efecto menos científico pero no por ello menor de las plantas es que su presencia puede tener un efecto relajante y calmante, reduciendo el estrés y la ansiedad. Esto puede contribuir a un ambiente más tranquilo y favorable para conciliar el sueño.
Aliadas del buen descanso
Tener plantas en el dormitorio ayuda a crear una conexión con la naturaleza, lo que genera un impacto positivo en el estado de ánimo y la salud mental.
Además, algunas plantas, como la lavanda, tienen propiedades aromáticas que pueden promover la relajación y mejorar la calidad del sueño.
Antiguamente se creía que las plantas consumen una cantidad significativa de oxígeno durante la noche, lo que podría disminuir el oxígeno disponible para las personas. Sin embargo, investigaciones modernas demostraron que este consumo es mínimo y no tiene un impacto significativo en la calidad del aire en interiores.
También se pensaba que las plantas liberan dióxido de carbono (CO₂) durante la noche y que esto podría afectar negativamente el aire del dormitorio. Sin embargo, las cantidades de CO₂ liberadas son extremadamente bajas y no afectan la calidad del aire de manera significativa.
Un estudio de la revista HortScience abordó la preocupación de que las plantas consumen oxígeno y liberan CO₂ durante la noche. Los resultados mostraron que el efecto de las plantas en los niveles de CO₂ es insignificante
Otra preocupación era que las plantas podrían aumentar la humedad en el aire y promover el crecimiento de moho. Sin embargo, si se cuidan adecuadamente y no se riegan en exceso, el riesgo de moho es bajo.
Purificadoras del aire y la mente
Un estudio realizado por la NASA en 1989, el NASA Clean Air Study, confirmó que ciertas plantas pueden reducir niveles de sustancias contaminantes en interiores como el benceno, el formaldehído y el tricloroetileno.
En ese mismo estudio científico, plantas como la sansevieria, el potus y el lirio de la paz fueron identificadas como eficaces para purificar el aire en ambientes interiores. Aunque estos estudios fueron realizados en condiciones controladas, sugieren que las plantas pueden contribuir a mejorar la calidad del aire en los espacios interiores.
Otro estudio de 2014 publicado en la revista Journal of Environmental Psychology encontró que la presencia de plantas en espacios de trabajo redujo el estrés y mejoró el bienestar psicológico de las personas que lo frecuentaban.
Aunque ese estudio se centró en espacios de oficina, los principios se aplican a los entornos domésticos, como los dormitorios: las plantas contribuyen a una mayor sensación de bienestar y una reducción en los niveles de estrés, lo cual puede favorecer un mejor sueño.
Por otra parte, un estudio publicado en Health & Place en 2018 sugirió que la presencia de plantas puede tener un efecto positivo en el sueño, al reducir el estrés y promover un ambiente más relajante. Los participantes en el estudio reportaron mejoras en la calidad del sueño en entornos con plantas.
LA NACION
