Cuestión de tiempo: cómo planificar para ser más productivo

“La mayoría de nosotros quiere cambiar algún aspecto de su vida con el cual no está conforme. Algunas personas quieren ganar más dinero, algunos líderes anhelan ser más efectivos con su equipo, hay artistas que desean vivir de lo que aman y no pueden, hay mamás jefas de hogar que quieren poder disfrutar más a sus hijos, entre otros. En todos estos ejemplos hay un común denominador, la gestión del tiempo. El tiempo es el recurso más escaso para administrar si queremos realizar cambios para salir del escenario actual”, destacó Carlos Sosa, consultor especialista en Liderazgo.

Un fenómeno que muchos expertos y psicólogos sociales exploran son las complejas dinámicas que influyen en la percepción del tiempo y su disponibilidad. Para diversos especialistas las razones detrás de esta sensación generalizada de falta de tiempo deviene al estilo de vida moderno, donde las obligaciones laborales y personales ocupan gran parte del día, jugando un papel crucial. Incluso, la constante conexión a dispositivos móviles y plataformas digitales puede generar una sensación de estar siempre “ocupados”. Además, la presión social por ser productivos y la dificultad para establecer límites entre el trabajo y la vida personal contribuyen a esta percepción.

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Por otro lado, el manejo ineficiente del tiempo y la tendencia a sobreestimar las obligaciones frente a las horas y minutos realmente disponibles son aspectos que refuerzan la sensación de falta de tiempo libre. “Para hacer una buena gestión de los tiempos, es útil conocernos más, saber más de nuestra biología, nuestras emociones y pensamientos, así como clasificar la importancia y urgencia de los problemas y tiempos. La clave es comprender que el tiempo con aprendizaje es experiencia; el tiempo sin aprendizaje es acumular antigüedad”, detalló el autor del libro “Liderazgo 360°” y coach ontológico especializado a Noticias.  

Para evitar caer en el síndrome del workaholic, el experto recomendó una serie de conceptos a tener en cuenta dentro de la instancia organizacional en función de como regular el tiempo. “Es básico distinguir que el tiempo tiene diferentes atributos y calidades; por un lado, contamos con el tiempo que le dedicamos a la batalla cotidiana, poniendo el músculo, la destreza física y manual, y, por otro lado, tenemos tiempos que desde el punto de vista organizacional son más valiosos, que son los que utilizamos cuando nos detenemos a pensar, hacemos foco, nos concentramos, generamos ideas, disfrutamos de una conversación familiar, entre otros”, indicó Sosa. 

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Para el especialista argentino, los tiempos potencian la situación presente. De acuerdo a su criterio, la organización del tiempo se puede dividir en el denominado Matriz de Eisenhower como: Importantes y urgentes (hacer); Importantes y no urgentes (planificar); No importantes y urgentes (delegar) y No importantes y no urgentes (desechar). Pero, también, desde una mirada, de las neurociencias y teniendo en cuenta las funciones ejecutivas, el experto señaló la clasificación en: “Emocionales y químicos”; “Racionales” y “Automáticos”. 

“Las emociones son claves cuando son funcionales para los vínculos, potencian mi habilidad empática y capacidad de escucha. Estas cambian día a día, son efímeras. No es lo mismo reunirme con mi equipo un lunes (hay más ansiedad, preocupación) que un viernes (alegría, ansiedad más baja, relajación) o martes o miércoles o jueves (más equilibrio). Asimismo, conversar con un colaborador durante el caos de la mañana o realizarlo durante la tarde, que tenemos otro nivel de serotonina (que afecta nuestro humor), genera diferentes resultados”, destacó Sosa y agregó: “Para gestionarlos, una buena manera es hacer actividades pertenecientes al ámbito de nuestra corporalidad: respirar, caminar, correr, practicar deportes, descansar adecuadamente, hacer pausas activas”.

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En cuanto a la «razón», el coach destacó: “Es efectiva cuando está al servicio de la acción. Pensar en silencio muchas veces es igual a hablar con uno mismo. Es irme a una dimensión futura con esa idea, planificación que busca anticiparse a la acción. Hasta aquí, muy efectiva. Pero si paso todo el tiempo pensando, es disfuncional porque pierdo el aquí y el ahora, la ansiedad me genera preocupación y no ocupación, la cabeza se me dispara en múltiples direcciones y se pierden las prioridades. Las actividades corporales también ayudan a mejorar los procesos de los pensamientos”.

Por último, según el especialista, los “Automáticos” proviene del sistema rápido e “instintivo”, los recorridos quedan tallados a medida que realizo una tarea de manera rutinaria. «Se guardan en nuestra memoria de procedimiento. Es muy útil para realizar tareas operativas, de poco valor agregado, porque no necesito pensar cada movimiento y consultar al neocórtex por cada acción a realizar. Es disfuncional; cuando hago todo en automático, no le agrego valor a la tarea o no estoy dispuesto a cambiar o a ser más creativo. No sirve para las tareas estratégicas o de alto valor estratégico”concluyó Carlos Sosa.

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por R.N.

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La percepción del tiempo y su disponibilidad. | Foto:CEDOC

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