El reclamo de Rodrigo Rey, el arquero de Independiente, por sus hijos: «Seguimos esperando una respuesta de la Justicia»

El arquero de Independiente, Rodrigo Rey, publicó este miércoles un posteo en Instagram para reclamar una rápida resolución judicial al recurso de amparo que presentó la semana pasada con su esposa para garantizar la continuidad escolar de sus dos hijos.

Como contó Clarín el domingo, el colegio privado de City Bell al que asisten sus hijos no les renovó la matrícula para el año que viene como represalia a un posteo en las redes por la falta de inclusión. Benicio, el hijo menor de Rey, está diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA). Su hermana Renata no, pero tampoco le otorgaron la vacante para 2025. La familia emprendió una batalla judicial en la que luchan por garantizar el derecho a la educación de los dos chicos. La causa tramita en el Juzgado de Garantías del Joven N° 3 de La Plata, a cargo de Gabriela Viviana Valsangia Blanco.

El expediente se inició con un recurso de amparo y la solicitud de una cautelar para que, mientras la Justicia resuelva la cuestión de fondo, los niños puedan ser matriculados y continuar con su escolaridad. Sin embargo, el 28 de noviembre, la Justicia rechazó el pedido. Los Rey apelaron la resolución para solicitar que, ante el peligro en la demora, se le dé lugar a la cautelar y así evitar que Benicio sufra un daño irreparable en su estado emocional y psíquico.

Ahora, Rey se expresó públicamente sobre el caso. «Con mucha angustia, SEGUIMOS ESPERANDO UNA RESPUESTA DE LA JUSTICIA», escribió, con mayúsculas en Instagram.

El arquero dijo tener «la ilusión de poder llegar a casa y contarle a nuestra hija mayor que SI, que va a poder disfrutar de terminar sus últimos dos años de secundaria como los soñó, como los viene planificando desde hace años, junto a sus amigas y amigos. Que SI, que va a poder seguir organizando su graduación, su viaje de egresados y todos esos eventos de final de secundaria, que a todos nos marcaron, junto a ellos».

Pero también se refirió a Benicio, su hijo menor, y enfatizó que con su pareja siguen «esperando con la ilusión» de poder confirmarle que «el año que viene va a poder seguir yendo al curso con sus amigos y amigas, con esos que lo cuidan cuando en el recreo o en el aula hay mucho ruido, con esos que en los actos piden que se hable bajito o que no se aplauda porque le hace mal, con esos que le dejan hacer los goles de penal y lo festejan todos abrazándolo».

En su posteo, el arquero describió otras situaciones para enfatizar por qué es importante para su hijo menor la continuidad pedagógica en la misma escuela. Relató que con sus compañeros del Instituto José Manuel Estrada «se animó a festejar el primer cumpleaños de su vida a los 8 años, porque se siente seguro con ellos, porque con ellos los ruidos no le molestan, porque con ellos aprendió a jugar, porque ellos se adaptaron con mucho amor y lo incluyeron en sus vidas».

E implícitamente agradeció a los compañeros de Benicio: «Al fin de cuentas es siempre una decisión y ellos decidieron hacerle bien a BENI y demostrarnos una vez más que los niños son muy sabios, sobre todo si desde pequeños aprenden a CONVIVIR en la neurodiversidad«.

«Esperamos con el corazón en la mano, pero esperanzados de que la Justicia será justa y rápida, por nuestros hijos y por todos los BENIS y RENATAS que sufren la misma situación. SEGUIMOS ESPERANDO QUE HAYA JUSTICIA», cerró, enfatizando la última frase y los nombres.

El caso

Benicio fue alumno regular en ese instituto de City Bell desde jardín de infantes y actualmente cursa segundo grado. En 2023 fue diagnosticado con TEA. La familia emprendió entonces una inmediata búsqueda de especialistas, terapistas y acompañantes terapéuticos para que junto con la escuela pudieran armar un equipo interdisciplinario para trabajar con Benicio. Esto implicó consensuar estrategias adecuadas para que el chico pudiera participar de las actividades escolares y también adaptar los espacios del colegio a fin de que pudiera habitarlos sin sufrir desregulaciones propias de su condición.

Según se lee en el expediente judicial, al que tuvo acceso este diario, la familia ofreció apoyo económico para las adaptaciones necesarias o para el tránsito adecuado de alguna crisis, pero «a pesar de ello, no tuvimos nunca la respuesta que esperábamos por parte del Instituto y mucho menos a la altura de las circunstancias de un niño con TEA”.

La angustia de la familia se desencadenó cuando la acompañante terapéutica de Benicio les envió la imagen de su hijo tirado sobre una colchoneta en un rincón del piso, con medio cuerpo afuera, en pleno invierno.

Es que por su condición, el niño tiene bajo tono muscular que lo lleva a fatigarse con frecuencia. Por ello, sus padres le habían ofrecido al colegio, en reiteradas oportunidades, aportar una colchoneta especial que se utiliza en las terapias ocupacionales a los efectos de que el menor pudiera descansar y autorregularse, según lo necesitase.

Pero, según se relata en la causa, la respuesta de la institución siempre fue negativa, alegando que ellos podían resolverlo con los materiales que ya tenían en la escuela: ofrecieron usar tres colchonetas acolchonadas y grandes, juntas.

Los Rey expusieron la situación en sus redes sociales. «Hemos guardado silencio, nunca nos imaginamos estar en esta situación. Por supuesto, esto fue la gota que rebalsó el vaso. Para que se entienda el contexto. Hoy, una vez más le faltaron el respeto a nuestro hijo«, escribieron.

Luego de la exposición pública del caso, los Rey recibieron una carta documento con pedido de retractación a la que respondieron solicitando la búsqueda de consensos para que la institución educativa implemente medidas de inclusión y cumpla con las adaptaciones pedagógicas y con la normativa sobre diversidad.

Pero el 14 de octubre, dos meses antes de finalizar las clases y sin ningún tipo de anticipación, los padres recibieron la notificación de que ninguno de sus hijos iba a ser matriculado para el ciclo lectivo del año 2025 en la institución.

“La semana que viene la familia se va de vacaciones sin saber qué va a ser su futuro. Esto se repite todo el tiempo a lo largo y a lo ancho de todo el país. No hay estadísticas, pero recibimos muchísimas denuncias todo el tiempo y ahora que se visibilizó el caso de la familia Rey, las denuncias estallan”, señaló Paulo Morales, responsable de la ONG TEActiva, que está acompañando al arquero de Independiente en su reclamo.

Morales, que también es padre de un niño con TEA, pidió una urgente resolución del recurso de amparo. «Entendemos que la Justicia deba tomarse su tiempo para resolver la cuestión de fondo, pero existen herramientas como las medidas cautelares como para que, en este caso, los niños puedan seguir escolarizados. Confiamos en que la Justicia va a fallar a favor porque sería algo cruel e inexplicable que no lo hagan: sería vulnerar desde un juzgado los derechos universales del niño. Una Justicia lenta no es Justicia, sobre todo en casos de familia», concluyó.

AS

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