En 2024, si ya no ocurren nuevos focos, las estadísticas dirán que se quemaron unas 100 mil hectáreas por incendios forestales y rurales en la provincia de Córdoba. Es el segundo peor año de la última década en superficie afectada.
De ese total, casi cinco mil fueron sobre bosques nativos, el mayor capital ambiental que Córdoba debiera conservar del avance del fuego.
Los bosques autóctonos resultan claves para la sustentabilidad ambiental de la provincia. Pero cada año la superficie se va reduciendo. En los últimos tiempos, ya más por fuegos que por desmontes.
Por primera vez, se conocen ahora datos oficiales en Córdoba del impacto puntual de incendios sobre superficies cubiertas con bosques nativos o destinadas a áreas protegidas con ese fin.
Es un dato relevante en una provincia donde solo se conserva el 3% de los bosques nativos en buen estado de conservación de las 12 millones de hectáreas que supo contar hace un siglo, antes del avance de las urbanizaciones y de las actividades agropecuarias
Pero ese 3% (unas 350 mil hectáreas de las 16 millones de todo el mapa provincial) se ve amenazado cada año por más desmontes y por nuevos incendios. Es más: el porcentaje del 3% que se definió hace algunos años a partir de diversas investigaciones académicas, hoy seguramente ya es menor, por la incidencia de cinco años seguidos de mucho fuego en la provincia.
Entre 2020 y 2024 la suma total reporta 630 mil hectáreas que se hicieron humo en Córdoba. Los cinco años anteriores (de 2015 a 2019) habían afectado 118 mil hectáreas en total.
Cuánto en 2024
El Ministerio de Ambiente y Economía Circular incorporó desde este año datos de bosques nativos en áreas bajo planes de manejo y conservación al reporte trimestral del mapa de áreas afectadas por incendios que, desde 2022, elabora y publica el Idecor (Instituto de Estadísticas Espaciales de Córdoba)
A través de un informe específico de la Dirección de Bosques Nativos, en ese trimestre de alta afectación (de julio a septiembre de 2024) se registraron 25 predios con planes de manejo y conservación alcanzados por el fuego.
Según los datos ya publicados, en ese trimestre hubo un total de 93.396 hectáreas bajo fuego en la provincia. De ese número, el 5,15% fue sobre áreas con planes de manejo y conservación, es decir con ecosistemas a priorizar.
Ese 5,15% implican 4.814 hectáreas de bosques nativos o áreas protegidas destinadas a recuperarse como tales.
Son casi cinco mil, en un solo trimestre. Habrá áreas quemadas que puedan recuperarse, pero esa remediación demanda décadas, siempre que no sufran nuevos impactos.
“Sistematizar la información sobre los planes de manejo y conservación afectados por incendios fortalece significativamente la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas en la gestión del bosque nativo. Este enfoque permite priorizar acciones de restauración en áreas críticas, optimizar los recursos disponibles y desarrollar estrategias preventivas más efectivas”, explica Sebastián Jara, director de Bosques Nativos de la Provincia.
Áreas naturales
El monitoreo de la afectación del fuego en 2024 sobre las áreas ecológicas protegidas enmarcadas en la ley 9814 muestra algunos detalles del impacto sobre áreas ambientalmente estratégicas, ya sea con monte autóctono afectado o no.
Por ejemplo, en la Reserva Natural de la Defensa La Calera se quemaron 4.764 hectáreas, en esos campos que pertenecen al Ejército en un cuadrado que se dibuja entre la Capital, La Calera, Malagueño y el dique San Roque. Se trata de una zona que registra repetidos focos cada año, lo que agrava el cuadro del impacto.
En su par de la Reserva Natural de la Defensa Ascochinga, que pertenece a la Fuerza Aérea, se quemaron 69,5 hectáreas.
En el flamante Parque Nacional Traslasierra (ex Estancia Pinas) fueron 301 hectáreas de bosque arrasadas y en su vecina Reserva Natural Forestal Provincial Chancaní otras 3,3 hectáreas.
En el área definida como Reserva Provincial Orco Quebracho de la Cuenca Media del Río Quilpo, en el norte del valle de Punilla, la afectación fue sobre 5.297 hectáreas.
En la Reserva Hídrica Pampa de Achala, sobre las Altas Cumbres, hubo 1.255 hectáreas con fuego. Y en la Reserva Natural Valle del Cóndor otras 1,282 hectáreas.
Luego, en el valle de Calamuchita el impacto suma relevancia: en un área declarada como reserva hídrica natural fueron 19.485 las hectáreas bajo llamas y en otra reserva recreativa natural otras 19.713, pero ambas tienen zonas superpuestas por lo que no deben sumarse. Se agregan, cerca, las 20 hectáreas bajo fuego en la Reserva Natural La Cumbrecita.
Hay más: en el norte del mapa, sobre el área del Corredor Biogeográfico del Chaco Árido se quemaron 1.460 hectáreas, y hacia el sur cordobés, en el Corredor Biogeográfico del Caldén, otras 2.197 hectáreas.
Los incendios de 2024 fueron muy gravosos además en materia de viviendas quemadas: 42, entre dos focos agresivos y expandidos (uno en el norte de Punilla y el otro en la zona alta de Calamuchita)
Mesa para el mapeo
El equipo que elabora trimestralmente los mapas de áreas quemadas de Córdoba es una mesa interinstitucional conformada desde 2022, coordinada por la Dirección de Gestión de Riesgo de la Provincia, con participación de técnicos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), del INTA, de las áreas de Agricultura, de Bosques Nativos, de Biodiversidad y de Ordenamiento Territorial de la Provincia y del Observatorio Hidro-Meteorológico de Córdoba.
Se suma el aporte de la Federación de Bomberos Voluntarios de Córdoba y de la Agrupación Serrana de Bomberos Voluntarios. La elaboración final queda en manos del Idecor.