La depresión, de la que este lunes 13 de enero se celebra el día mundial, y la ansiedad son dos de los trastornos de salud más frecuentes atendidos en atención primaria y en las unidades de salud mental. La coordinadora de la Comunidad Terapéutica de la Unidad de Salud Mental del hospital universitario Reina Sofía, Ana Benito, señala que en los últimos tiempos se aprecia un incremento de consultas por malestar psíquico, tanto en el hospital Reina Sofía, como en otros centros en los que se aborda la salud mental.
Señala que este repunte de consultas viene motivado por dos circunstancias. Por un lado, existe un aumento de factores sociales y ambientales que están empeorando la salud mental de la población, como son las situaciones de crisis o de desesperanza que se vivieron con la pandemia y que aún permanecen, entre las que sobresalen una sensación de dificultad que presenta, sobre todo la población más joven, para labrarse un futuro y la situación de aislamiento y falta de conexión con la comunidad.
Y, por otro lado, esta psiquiatra apunta que hay un alza de consultas que no son exactamente por una depresión, pero que se plantean porque se pueden confundir los síntomas. Benito precisa que se trata de reacciones a situaciones complicadas de la vida, que en algunas personas van a causar un problema de salud mental, un trastorno depresivo, y en otras no.
Ana Benito hace hincapié en que, dentro del aumento del diagnóstico de depresión en la población general, es especialmente llamativo el incremento que se está registrando entre adolescentes y adultos jóvenes, cuando antes este tipo de patología eran más propias de edades medias. «La depresión es una enfermedad multifactorial, que puede tener un componente biológico, pero también ambiental o social, como se ha descrito antes», expone. Benito remarca que se han realizado estudios solventes que reflejan la mayor incidencia de problemas de salud mental, lo que incluye depresión y ansiedad, que las redes sociales están causando en la actualidad en personas más jóvenes.
Esta experta del Reina Sofía precisa que afecta más a las mujeres la mayor probabilidad de sufrir depresión y ansiedad en todas las edades y recalca lo «preocupante» que es esta subida de la incidencia de depresión y ansiedad en edades jóvenes porque puede contribuir a que la enfermedad se cronifique en un periodo más largo de la vida, a la vez que hay que vigilar de forma estrecha las posibles conductas suicidas. Incluso en los niños se dan casos de depresión, subraya, aunque se suelen manifestar más, asegura, en forma de alteraciones de la conducta o adaptativas.
Mayor control
La coordinadora de la Comunidad Terapéútica de Salud Mental del Reina Sofía incide en que, al igual, que desde hace años se ha venido trabajando por parte de los estamentos educativos, sanitarios y sociales en medidas para tratar de reducir el consumo de tabaco y alcohol entre la población general, y en especial en los jóvenes, se debería plantear una estrategia más efectiva para regular y reducir el impacto negativo de las redes sociales y de las pantallas en la salud mental de la población adolescente y joven, ya que se trata, según esta psiquiatra, de un colectivo muy vulnerable.
Por otra parte, destaca que es un reto para la salud mental saber distinguir quién realmente padece una enfermedad depresiva y quién un malestar psíquico puntual o temporal. Esta experta estima que hay que tener cuidado con el autodiagnóstico y añade que resulta necesario saber explicar a la población el origen de su malestar para que ponga el foco en solucionar sus problemas desde donde surgen. Por otro lado, advierte sobre el exceso de medicalización, con ansiolíticos y antidepresivos principalmente, para tratar de resolver problemas de la vida cotidiana, eventualidades que no siempre se van a solucionar porque una persona tome una medicación, por lo que hay que vigilar que este tratamiento farmacológico sea realmente necesario y no le cause dependencia.
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