PRAYAGRAJ, India (AP) — Ascetas hindúes desnudos y peregrinos se sumergieron en las gélidas aguas de la confluencia de ríos sagrados en el norte de India el martes, en el primer gran día de baños del festival Maha Kumbh, que es la concentración religiosa más grande del mundo.
Con tridentes, espadas, lanzas y pequeños tambores de dos cabezas, hombres santos hindúes cubiertos de cenizas marcharon al amanecer hacia la confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y el mítico Saraswati, en la ciudad norteña de Prayagraj. Los hombres —con rastas enmarañadas y coronas de caléndulas— entonaban consignas religiosas en honor a la deidad hindú Shiva y fueron escoltados hasta el sitio del baño en carros en una gran procesión con cantos, tambores y toques de cuernos.
El Maha Kumbh —que se celebra cada 12 años— comenzó el lunes, con más de 15 millones de peregrinos bañándose en los ríos sagrados, según las autoridades. Se espera que durante las próximas seis semanas atraiga a más de 400 millones de personas, muchas de las cuales participarán en elaborados rituales.
Los hindúes creen que bañarse en la confluencia los limpiará de sus pecados y los liberará del ciclo de renacimiento.
El festival tiene sus raíces en una tradición hindú que cuenta que el dios Vishnu arrebató a los demonios una jarra dorada que contenía el néctar de la inmortalidad. Los hindúes creen que unas gotas cayeron en las ciudades de Prayagraj, Nasik, Ujjain y Haridwar, los cuatro lugares donde se ha celebrado el festival Kumbh durante siglos.
La celebración rota entre estos cuatro sitios de peregrinación aproximadamente cada tres años, en una fecha determinada por la alineación cósmica del sol, la luna y Júpiter.
El festival de este año es el mayor y más grandioso de todos.
Las autoridades han construido una ciudad de tiendas de campaña a orillas del río para alojar a hombres santos, peregrinos y turistas que acuden a la celebración. El gobierno ha invertido más de 765 millones de dólares en el evento, con la esperanza de impresionar a la población india, de mayoría hindú, y atraer visitantes de todo el mundo.
Esa ciudad improvisada está equipada con 3.000 cocinas y 150.000 inodoros y urinarios. Se movilizó a unos 50.000 efectivos de seguridad para mantener el orden público y controlar a las multitudes.
Grupos de ascetas hindúes también han levantado amplios campamentos en la zona, a los que acuden decenas de miles de peregrinos para escuchar discursos religiosos y participar en oraciones. Estos ascetas —llamados Naga Sadhus— son parte de órdenes religiosas que en su día fueron ejércitos mercenarios que suelen venerar a Shiva.
Los baños tienen lugar todos los días en ese lugar, pero en las fechas más señaladas, los ascetas hindúes se lanzan a los ríos sagrados al amanecer.
Muchos peregrinos se quedan durante todo el festival, practican la austeridad, dan limosnas y se bañan al amanecer todos los días. Los baños, las sesiones de oración, meditación y yoga y otros rituales religiosos son organizados por los ascetas y financiados con fondos públicos.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.