Aunque se le está llamando ‘alineación planetaria’, en realidad no es tal, porque en el espacio no están puestos en fila, pero sí parecen estarlo en el cielo vistos desde la Tierra. En todo caso, lo que puede verse estos días de enero es un espectáculo natural que permite observar a simple vista y al mismo tiempo hasta cuatro planetas del sistema solar (cinco, si incluimos el nuestro). Y, si disponemos de telescopio, pueden verse dos más, demasiado lejanos para verlos a ojo desnudo.
Esta maravilla natural no se ve solo durante una noche en concreto, pues hasta finales de enero los planetas implicados estarán más o menos en el mismo lugar. Si tomamos como referencia la noche del 21 de enero, el más vistoso de todos, porque brilla más, es Júpiter, el mayor de todos. Hacia las ocho de la tarde ya se encuentra muy alto en el cielo, justo encima de la constelación de Orión, la más conocida de esta época del año.
Júpiter va acompañado siempre de sus cuatro lunas principales, que incluso con unos prismáticos de cierto aumento ya pueden distinguirse como cuatro pequeños puntitos luminosos muy pegados al planeta.
El cielo, el 21 enero a las 19,30 desde España / Stellarium
A esa misma hora, mirando más hacia el Este, y a menor altura, veremos un punto claramente rojizo: es el planeta Marte, que a mediados de enero alcanza su máxima aproximación a la Tierra en este año. Según pasan las horas, Marte va ganando altura, hasta que a medianoche está prácticamente en el punto más alto del cielo.
Al Oeste: Venus y Saturno
Si miramos ahora hacia el Oeste, veremos un punto muy luminoso, claramente blanco y que destaca sobre las estrellas. Se trata del planeta Venus, el tercer cuerpo celeste más luminoso después del Sol y la Luna. Un poquito más abajo se percibe un cuerpo mucho menos luminoso: es Saturno, que ya está despidiéndose de los cielos hasta dentro de un año. Solo con un telescopio pueden verse sus anillos, que este año y el próximo están prácticamente de canto; habrá que esperar un par de años para volver a apreciar cómo se ‘ladean’ en dirección a la Tierra.
Estos dos últimos planetas se ven al principio de la noche, porque rápidamente se ocultan bajo el horizonte.
La familia del Sistema Solar / Agencias
Hay un ‘truco’ para distinguir qué es un planeta y qué es una estrella, pues a primera vista ambas cosas parecen iguales en el firmamento nocturno cuando se ven a ojo desnudo. Si nos fijamos con atención, las estrellas suelen titilar (como si temblaran o parpadearan continuamente), pero los planetas no lo hacen, sino que son puntos fijos de luz. Ello es así porque las estrellas, aunque enormes, están muy lejos y, por tanto, la turbulencia de nuestra atmósfera las afecta mucho más que a un planeta, que, pese a ser más pequeños que ellas, están más cerca y, por tanto, son más resistentes a la turbulencia atmosférica.
Esto es lo que podemos apreciar a simple vista. Pero si disponemos de un telescopio de mediana abertura, ya podremos distinguir dos planetas más durante estos días: Urano y Neptuno. El primero lo encontraremos al oeste de Júpiter, entre las constelaciones de Tauro y Aries. El segundo, el menos brillante de todos por estar más lejano, está al lado de Venus, ya al Oeste, junto a la ‘cabeza’ de la constelación de Piscis.
Es muy recomendable descargarse el programa gratuito Stellarium, especialmente para ordenador de sobremesa, pues es un planisferio virtual que permite observar cómo estará el cielo en cualquier época del año. Solo hay que configurar, antes que nada, la ciudad en la que estamos ubicados.
…………….
Contacto de la sección de Medio Ambiente: [email protected]