Un triunfo necesario en lo numérico para la tabla. Una victoria justa por la manera de jugar y de plantear el partido. Una alegría a la gente y un 2 a 0, que no dejó espacio al sufrimiento ante un Defensa y Justicia, que nunca puso en riesgo el resultado final del juego. Belgrano necesitaba mejorar y lo hizo con la simpleza de estar bien parado en todos los sectores.
El DT Ricardo Zielinski sabía que debía retocar las líneas para que el andar del equipo fuera otro y es lo que hizo. Metió mano, reordenó y logró que saliera un conjunto que a pesar de tambalear en el arranque. Supo estabilizarse y terminar ganando con absoluta justicia.
No fue un partido brillante ni un equipo que pasó por encima a su rival, pero fue un Pirata que tuvo más claro qué debía intentar y cómo tratar de ejecutarlo. Y en medio de un encuentro parejo, logró capitalizar las fallas de su adversario y se quedó con el premio de los tres puntos.
Inicio con dudas
La primera porción del encuentro fue un cúmulo de voluntades por el lado del local y algo de juego en la visita. Pero el Halcón careció de profundidad y más allá de manejar la pelota hasta cerca del área de Espínola, nunca logró inquietarlo. Belgrano apostó a sacar largo para que Passerini peleara y a tratar de pescar una segunda pelota. Así fue que a los 28, “Uvita” Fernández dejó en soledad al “Tanque” que definió con un tiro bajo y débil.
Y, en un partido en el que la pelota flotó más que estar contra el piso y en el que el local jugó a tratar de ser prolijo más que a crear, un balón largo de Juan Espínola fue pifiado por Ferreira y, así, Fernández definió con un toque suave para el 1 a 0. La visita se vio desorientada por el resultado e intentó en un par de centros conseguir el empate, pero falló. Y, cuando el parcial se moría, Miritello le dio un golpe a Troilo y se fue expulsado… simplificando de esa manera el panorama para quien estaba ganando el cotejo.
Justificar el triunfo
Se acomodó el equipo en el complemento. Primero, el DT lo colocó a Sánchez cerca de Passerini y “Uvita” para que la pelota tuviera otro interlocutor. Después de unos minutos y viendo que allí estaba la llave para terminar de ganar el medio y el partido, el “Ruso” mando a Zelarayán al campo y el equipo se adueñó totalmente del juego.
El Chino construyó por la izquierda una gran jugada personal, la pelota fue al borde del área de meta y tras un rebote, Fernández sumó el segundo de su cuenta y del equipo.
Con el 2 a 0 y un rival golpeado de pleno en el mentón, el local empezó a mover el balón de un lado para el otro, dejo que los de Varela corrieran detrás de la pelota y se acomodó al ritmo del encuentro para no tener que sufrir más de la cuenta.
Espínola ajustó los despejes en los centros, el medio fue propiedad de los celestes y, en ataque, de haber estado un poquito más fino podría haber marcado un gol más como mínimo.
Con el 2 a 0 y un adversario sometido en el juego, todo lo que el Pirata necesitó fue dominar el control de la pelota y lo hizo de manera correcta hasta que el telón del triunfo se bajó para que la gente se fuera con una sonrisa del Gigante de Alberdi. No fue brillante lo del Pirata, pero fue correcto y es el primer paso para la reconstrucción del equipo en la búsqueda de su ADN que quisieron cambiar (y claramente no se puede hacer). Porque Belgrano es orden, entrega y sudor.