El programa perfecto del fútbol: un clásicazo que se juegue un domingo a la tarde. En Argentina, por sus hiperpoblados campeonatos y sus apretados calendarios, se da cada vez menos y por eso, cuando sucede, hay que clelebrarlo y disfrutarlo.
Un Belgrano-Talleres, un Talleres-Belgrano jugado un domingo a la hora que se debe jugar el fútbol, o sea por la tarde, es imperdible, único, apasionante. Sucede lo mismo con un Boca-River, un Racing-Independiente, un Rosario-Central-Newell’s, un Unión-Colón, un Estudiantes-Gimnasia o cualquier otro gran clásico que se ponga en escena.
Ya el sólo hecho de ser un derbi obliga a parar la ciudad, el país, el continente o parte del planeta, como sucederá mañana con el Argentina-Brasil que se jugará en el Monumental por una nueva edición del superclásico sudamericano, esta vez por otra fecha de las eliminatorias rumbo al Mundial 2026.
Córdoba encara hoy una linda semana, vibrante, tensa, expectante, minada por la ansiedad, linda de ser vivida, irrepetible, que altera a la provincia. Semana típica de preclásico.
El domingo, a las 15, el Gigante de Alberdi será escenario de un nuevo Belgrano-Talleres, en donde, como siempre, habrá mucho en juego y al cual tanto celestes como albiazules llegan con panoramas, urgencias y necesidades similares, con el denominador común de sus flojas campañas en el Apertura de la Liga Profesional. Cada uno en su zona, siguen fuera de los ochos que se están clasificando a los playoffs para ir por el título. Las estadísticas reflejan las falencias futbolísticas que arrastran luego de 10 fechas en las cuales ninguno de los dos convenció con su juego y menos con sus resultados.
“Vamos a llegar bien al partido con Talleres”, dijo Ricardo Zielinski luego del 1-1 de local con Barracas Central dos semanas atrás. “Es una semana muy especial. Hay que trabajar bien, enfocados en poder ganar”, afirmó Alexander Medina el sábado tras el 0-0 con Godoy Cruz en Mendoza.
Celestes y albiazules saben de qué se trata, conocen a la perfección sus obligaciones y las consecuencias y efectos colaterales tanto a favor como en contra. El menú está servido.