MAR DEL PLATA.- La Justicia condenó a prisión perpetua al hombre acusado de asesinar en la localidad de General Pirán a una joven a la que primero intentó ahorcar, luego la golpeó en la cabeza y, finalmente, la arrojó viva a las profundidades de un aljibe del establecimiento rural donde trabajaba la mujer. El hallazgo del cadáver se logró tres días después del crimen, ocurrido el 23 de diciembre de 2021.
Los jueces Alfredo Deleonardis, Gustavo Fissore y Leonardo Celsi, que componen el Tribunal Oral en lo Criminal N°4, consideraron que Juan Domingo Marquestau cometió femicidio con este ataque letal sobre Nicole Peña, que tenía 22 años y un hijo.
El propio sospechoso fue quien dio pistas del lugar donde había ocultado el cuerpo cuando policías que investigaban la desaparición de la joven lo contactaron, dado que había sido su pareja hasta un tiempo atrás.
El crimen se cometió en la antevíspera de la Navidad de 2021 y ese mismo día Marquestau quedó detenido. Su declaración ante los investigadores policiales no fue incorporada a la causa judicial, en la que luego evitó brindar otro testimonio sobre el hecho que se le imputaba.
Ese aporte que hizo ante efectivos policiales fue el único elemento que su defensa pudo esgrimir durante el desarrollo del juicio oral y público que finalizó este jueves, con la lectura del veredicto de los magistrados. El abogado Franco Giacomasso había pedido absolución de su cliente porque, entre otras irregularidades que señaló, aquel testimonio había sido tomado y utilizado de manera ilegal en la resolución del caso.
Para los jueces, Marquestau cometió un asesinato triplemente agravado y citaron alevosía, el vínculo que tenían o habían mantenido como pareja y el hecho de mediar violencia de género, lo que conduce a la calificación de femicidio y la pena máxima prevista por el Código Penal.
Ya detenido, volvió a ser noticia porque desde el establecimiento carcelario y con su celular hacía publicaciones en la red social TikTok, a la que subía videos e incluso mandaba saludos a mujeres que lo seguían.
Marquestau y Peña, según surgió de la investigación judicial, habían sido pareja durante casi cinco años. Y llevaban más de 15 meses de distanciamiento cuando se cometió el crimen.
La desaparición de la joven fue denunciada en el destacamento policial de General Pirán por sus familiares. Desde entonces se inició una búsqueda por la localidad y los alrededores, tratando de llegar a los lugares que solía frecuentar.
Así hicieron una requisa en un establecimiento llamado La Providencia, donde se desempeñaba Marquestau. Habían pasado dos días sin novedades de Peña, incluidas las fiestas de Nochebuena y Navidad, que los piranenses transcurrieron conmocionados por esta incertidumbre.
Allí llegaron hasta el acusado, que se quebró ante los uniformados y confesó lo que había hecho. Dio detalles de dónde estaba el cuerpo y señaló el bosque en el que, como había anticipado, estaban las prendas, un teléfono celular y la bicicleta que la víctima había pedido para ir a verlo cuando él la llamó.
El informe forense fue fundamental para determinar la calificación de alevosía. Los peritos confirmaron que había sufrido ahorcamiento y un golpe en el cráneo con un elemento firme. Pero no fue esa la causa de muerte. Los médicos encontraron líquido en los pulmones, por lo que confirmaron que la joven murió por asfixia por inmersión cuando Marquestau la arrojó al fondo del aljibe, envuelta en una bolsa de nylon.
El acusado está detenido desde entonces. Participó del inicio e instancias del juicio oral y público, siempre sin dar oficialmente su versión de los hechos. Este jueves, ante la lectura del fallo, prefirió seguir la audiencia por teleconferencia desde la Unidad Penal N°44, donde está alojado.