Buenos Aires. Estaba prófugo de la Justicia, pero no escapó hacia otra provincia ni cruzó la frontera. Para seguir con su vida pese a estar condenado por abuso sexual, J. P. S. fraguó su identidad. Con un nombre falso consiguió un trabajo en el que presentar documentación no sea precisamente requisito excluyente: delivery en un restaurante del barrio porteño Palermo.
Se hacía llamar Juan Pablo Cáceres. La Justicia lo había declarado en rebeldía en septiembre de este año, y desde entonces era intensamente buscado por la División Delitos Contra la Integridad Sexual de la Policía de la Ciudad. Cayó en las últimas horas a metros de Plaza Italia, en avenida Santa Fe 4280.
Los investigadores, en la búsqueda del prófugo, habían revisado varios domicilios donde creían que podía esconderse, pero no apareció en ninguno. Los investigadores, sin embargo, tenían el dato de su actividad laboral, y sabían que tarde o temprano iban a encontrarlo por la zona.
Cuando lo identificaron, rápidamente varios móviles lo interceptaron en la vía pública. El prófugo no opuso resistencia.
Tras su captura, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 27 ordenó dejarlo bajo arresto en una Alcaidía de la Ciudad de Buenos Aires. También se notificó a la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (UFECRI) para que tome intervención en el caso.
Fue en julio de 2020 cuando la madre de una adolescente de 17 años radicó una denuncia en contra de J. P. S. En el lapso de un mes, según la acusación, violó en dos oportunidades a la adolescente en una casa del barrio porteño de Flores.
Tres años más tarde, el 8 de mayo de 2023, la Justicia lo condenó a seis años de prisión por abuso sexual con acceso carnal agravado.