Necesitamos más infraestructuras verdes

En la ciudad de Córdoba se ha iniciado la redacción del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM). Se abre una posibilidad para mejorar la salud de los cordobeses con la aplicación de una estrategia de infraestructuras verdes más avanzada y que supere el cinturón verde que se está ejecutando y el anunciado cinturón sur sobre el río Guadalquivir. Sin cuestionar la oportunidad de los mismos, a nadie se le escapa que el norte está en estrecho contacto con el área de la ciudad con mayor porcentaje de superficie verde, que está íntimamente en contacto con la sierra y que, por tanto, recibe los beneficios de la misma en cuanto a amortiguación de las temperaturas. En el caso del cinturón sur sobre el río Guadalquivir no se nos puede olvidar que es un cinturón que ya existe en cuanto a sus beneficios ambientales. Habrá que diseñarlo con sentido común y que no se trate de una iniciativa más de urbanizar el medio natural. El tiempo dirá cómo se aborda

Está ya reconocido internacionalmente que la salud de la población y el medio ambiente debe ser la base de la planificación urbanística, utilizando el conocimiento científico hacia un desarrollo urbano más sostenible y saludable. El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) señala 5 claves para la planificación: la contaminación del aire que causa una de cada nueve muertes en el mundo; el ruido, en Europa 1 de cada 5 personas soportan niveles de ruido superiores a los recomendados (55db), 22 millones de personas sufren estrés psicológico y 6,5 millones de personas sufren graves trastornos del sueño; la ciudad del futuro debe ser verde, dado que los estudios científicos asocian los espacios verdes con beneficios a la salud y la naturaleza debe formar parte a manera de una trama a través de ella; la actividad física debe integrarse en las ciudades mediante un diseño de transporte activo que facilite el desplazamiento a pie o bicicleta; y por último, los efectos de las islas de calor, favorecidas por grandes edificios, superficies pavimentadas o escasez o ausencia de espacios verdes, aumentan la mortalidad, sobre todo por enfermedades cardiovasculares y respiratorias. El diseño urbano debe incorporar de forma prioritaria la prevención del aumento de las temperaturas en las ciudades.

El diseño urbano debe incorporar la prevención del aumento de las temperaturas 

¿Cuál es nuestro punto de partida en relación a las zonas verdes? De acuerdo con el ranking ISGlobal de un estudio sobre la salud urbana realizado sobre 866 ciudades europeas, Córdoba tiene por delante a 657 ciudades sobre el índice que mide cómo de verde es un área y el 66,80% de la población de la ciudad vive en zonas con menos espacios verdes que los recomendados por la Organización Mundial de la Salud sobre espacios verdes, y serían evitables 66 muertes anuales.

La ciudad del futuro debe ser verde, dado que los estudios científicos asocian los espacios verdes con beneficios a la salud

En el caso de área verde que mide la superficie de terreno que se considera oficialmente como espacio verde la ciudad tiene por delante a 403 ciudades y el 63,62% de la población vive en áreas con menos del 25% de superficie verde y serían evitable 23 muertes al año.

En el caso del cinturón sur sobre el Guadalquivir, habrá que diseñarlo con sentido común 

Los datos están ahí, es el momento de revertir la situación con la nueva planificación urbanística. La Asociación Española de Parques y Jardines Públicos se ha hecho eco de un estudio realizado por Cecil Konijnendijk van den Bosch, director del Instituto de Soluciones Basadas en la Naturaleza y Director del Máster en Liderazgo en Silvicultura Urbana de la Universidad de Columbia Británica que ha establecido la regla del 3/30/300 para el diseño y gestión del bosque urbano y naturalización de las ciudades.

Ver al menos tres árboles

Todos los ciudadanos deberían poder ver al menos tres árboles (de un tamaño decente) desde su hogar. Investigaciones han demostrado que tener un espacio verde cercano es de gran importancia para la salud mental y el bienestar. También han justificado que existe una relación entre la cubierta forestal urbana y la refrigeración, mejores microclimas, salud mental y física y, posiblemente, también la reducción de la contaminación atmosférica y el ruido. De ahí que se aboga por un mínimo de un 30% de cubierta forestal a nivel de barrio. La Oficina Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud recomienda una distancia máxima de 300 metros hasta el espacio verde más cercano (de 0,5 hectáreas). No obstante deben hacerse esfuerzos para proporcionar acceso a espacios verdes urbanos de alta calidad, en forma de espacios verdes lineales que también se utilizan como corredores para bicicletas y senderos para caminar. En este apartado cabe perfectamente la iniciativa de los cinturones norte y sur.

El 66,80% de la población vive en zonas con menos espacios verdes de los recomendados

El propio Ayuntamiento de Córdoba reconoce que sólo un 12,80% de la superficie de la ciudad es zona verde y arbolado urbano. Sin embargo, si tenemos en cuenta los datos de superficie urbanizada del Sistema de Ocupación del Suelo puede estimarse que esta superficie ocupa sólo el 7,53%. Ambas cifras están muy lejos del mínimo del 30% recomendable.

El nuevo PGOM debe orientarse a incrementar las zonas verdes para alcanzar ese objetivo y orientar su aplicación a que sean una extensión del medio natural en la ciudad.

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