Los alimentos que no se deben guardar en la heladera porque pierden su calidad

Con frecuencia, después de terminar de comer, muchas personas prefieren almacenar las sobras en la heladera para consumirlas más tarde. Sin embargo, es crucial entender que no todos los alimentos se deben conservar de esta manera. Algunos ingredientes y platos pueden reaccionar de forma adversa cuando se refrigeran, lo que podría afectar tanto el sabor como la seguridad del alimento. Por esta razón, es fundamental conocer cuáles son y optar por métodos de almacenamiento más adecuados para garantizar su frescura y calidad.

Resulta que, debido a las particularidades de ciertas frutas, vegetales, especias y cereales, la exposición al frío y a la humedad en la heladera puede provocar cambios indeseados en su sabor, textura y propiedades nutricionales. El ambiente frío puede hacer que algunas frutas pierdan su dulzura natural, que los vegetales se vuelvan blandos y que las especias pierdan su aroma y potencia. A su vez, existen otros productos que poseen una estabilidad suficiente para ser almacenados de manera segura a temperatura ambiente en la despensa, donde pueden mantener sus cualidades por más tiempo, sin deteriorarse.

Desde papas, hasta pan, todos los alimentos que no hay que conservar en frío

En el sitio especializado Mejor con Salud dieron a conocer el listado de los alimentos que no deben estar en la heladera. Es importante conocer estas diferencias para asegurar la mejor conservación de cada tipo de producto:

La refrigeración transforma sus almidones en azúcares, alterando su sabor y textura. Se deben conservar en ambientes frescos y secos, preferentemente en bolsas de papel abiertas o cajas de cartón. Temperaturas entre 6 °C y 10 °C son ideales.

Guardar pan en la heladera lo seca y le quita frescura. A temperatura ambiente, el pan casero dura de tres a cinco días, y el comercial de cinco a siete días. Conservarlo alejado de la luz solar.

Las bananas necesitan temperaturas cálidas para madurar. Se pueden guardar a temperatura ambiente y cubrir la punta con papel film para ralentizar la maduración. Si ya están maduras, guardar la pulpa en el congelador.

La avena y otros cereales como el arroz, el maíz o el trigo pierden nutrientes y cualidades organolépticas en la heladera. Es mejor guardarlos en recipientes herméticos, en la despensa, en lugares frescos y secos.

El jamón serrano no necesita refrigeración y puede perder sabor y aroma si se guarda en frío. Se debe conversar en un lugar fresco, seco y ventilado, a temperaturas entre los 18 °C y 23 °C, cubriendo las áreas cortadas con papel film.

El frío impide que los tomates completen su maduración, afectando su sabor y aroma. Hay que guardaros a temperatura ambiente en un sitio seco. Los que demasiado maduros pueden guardarse en el congelador o encurtidos.

La heladera cristaliza el azúcar del chocolate, alterando su sabor y textura. Hay que almacenarlo en un espacio fresco y oscuro, con una temperatura de entre 16 °C y 19 °C, para evitar que absorba otros olores.

La sandía entera se conserva mejor a temperatura ambiente. Una vez cortada, se recomienda consumirla lo antes posible o guardarla en la heladera en un recipiente hermético.

Las paltas se dañan por frío a menos de 5 °C. Conservarlas a temperatura ambiente para que maduren. Si ya están maduras, se deben guardar en la heladera por un par de días más.

La humedad de la heladera afecta las cebollas. Se recomienda guardar las cebollas enteras en un lugar fresco y seco, y los trozos cortados en recipientes herméticos en la heladera.

El ajo se conserva bien a temperatura ambiente, entre 15,5 °C y 18 °C, en un lugar fresco, oscuro y ventilado. No es necesario guardarlo en frío.

La miel se cristaliza y pierde calidad con los cambios de temperatura de la heladera. Hay que guardarla en la despensa, alejada de la luz solar y fuentes de calor.

Ciertos alimentos pierden su calidad y propiedades si se guardan en la heladera

La humedad de la heladera afecta el aroma y sabor del café. Es mejor conservarlo en un recipiente hermético en un punto fresco y seco, sin cambios constantes de temperatura.

La albahaca pierde aroma y sabor en la heladera. Hay que guardarla en un frasco hermético con aceite de oliva o secar las hojas y almacenas en un clima seco.

El frío de la heladera solidifica el aceite de oliva. Guardarlo entre 18 °C y 22 °C, en un lugar fresco, seco y oscuro.

Las berenjenas son sensibles a la humedad y cambian de sabor y textura en la heladera. Se recomienda tenerlas en el cajón de verduras por uno a cinco días.

Las calabazas se conservan mejor a temperatura ambiente, donde pueden durar hasta seis meses.

Atunes, mermeladas y encurtidos no necesitan refrigeración hasta ser abiertos. Guardarlos en la despensa es la mejor opción, alejados de la humedad y la luz directa. Una vez abiertos, la mayoría se conservan mejor en la heladera.

Los pimientos mantienen mejor su textura y aroma fuera de la heladera. Dejarlo en el cajón de verduras, en un lugar ventilado, o en los estantes menos fríos de la heladera.

Los pepinos sufren lesiones por frío en la heladera. Hay que guardarlos en ambientes secos y oscuros. Una vez cortados, dejarlos en recipientes herméticos en la heladera y consumirlos pronto.

Las salsas picantes y la salsa de tomate pueden conservarse a temperatura ambiente debido al vinagre, sal y azúcar. Sin embargo, algunas personas prefieren guardarlas en la heladera para mayor frescura.

LA NACION

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