El clima agradable no iba a durar para siempre. Bastante benigno había sido diciembre con los porteños y habitantes del GBA. Pero a esta altura de enero el verano ya parecía algo contrariado ante la posibilidad de que se lo confundiera con otra estación del año, por lo que decidió decir finalmente presente, algo que en rigor dejó insinuado este viernes con una jornada agobiante.
Pero eso fue apenas calentar motores. Lo que viene a partir del próximo lunes será diferente: la primera ola de calor de la temporada en la Ciudad. Esto significa que cumplirá con los requisitos clave -según la previsión del pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN)- para que así lo sea: durante tres o más días las temperaturas mínimas deben superar los 22 grados y las máximas, los 32,3.
¿Qué dice el SMN? Luego de un fin de semana en el que las máximas todavía se estiman por debajo de los 32 grados, el lunes empezará el baile térmico in crescendo: para ese día anuncian 24 grados de mínima y 33 de máxima; para el martes, 24 de mínima y 34 de máxima; el miércoles, 25 y 36, respectivamente; y el jueves, mismo piso y techo sostenidos como clones del día anterior: 25 y 36.
En rigor, son las temperaturas mínimas el gran problema de las olas de calor, ya que el cuerpo no tiene un tiempo de recuperación a no ser que se pueda acceder a un ambiente climatizado. Al revisar el pronóstico extendido, la ola de calor se extendería entonces por cuatro días para terminar el viernes, con un mínimo descenso de la temperatura, lluvias y un alivio que se acentuaría el sábado.
¿Por qué se producirá esta ola de calor? “Serán varios días de viento del sector noreste, que entra a temperaturas más elevadas desde Brasil y Paraguay. Eso está dado por el anticiclón del Atlántico Sur, que emite vientos en forma antihoraria, lo que va a dar lugar a una ola de calor en gran parte del centro y norte del país, y norte de la Patagonia”, explicó a Clarín Marcelo Madelón, meteorólogo y licenciado en medio ambiente.
Como consuelo para la Ciudad de Buenos Aires, Madelón señaló que “durante todas esas tardes que dure la ola de calor el viento del noreste va a rotar al este, va a venir del río, y eso va a traer un efecto refrescante. Quiere decir que las máximas no van a ser tan elevadas como varios kilómetros tierra adentro. Va a actuar como brisa del mar aunque va a ser del río. Aún así, todas las temperaturas de los próximos días van a ser muy altas”.
La historia de las olas de calor
Si bien la llegada de la primera ola de calor impactará a los porteños algo desacostumbrados durante todo diciembre y el arranque de enero a que haya un clima agobiante, el fenómeno según lo anunciado no se ubicará históricamente entre los peores registrados, ni se acercará a los más recordados antecedentes.
Según datos oficiales, la peor ola de calor en la Ciudad ocurrió entre el 22 y el 30 de diciembre de 2013, con una duración de 9 días, con una temperatura mínima absoluta de 27,2 grados y una máxima de 39. La que le siguió en duración ocurrió entre el 31 de diciembre de 2004 y el 7 de enero de 2005, cuando en esos ocho días el termómetro se movió entre los 26,7 grados de mínima y los 38 de máxima.
La ola de calor de 2017 -ocurrida entre fines de febrero y principios de marzo- igualó en cantidad de días a la anterior, pero con marcas algo más bajas. En cuarto lugar aparece un periodo ocurrido el siglo pasado, en 1989, con siete días de calor insoportable que llevaron la mínima hasta los 26 grados y la máxima hasta 36,5. Las últimas dos peores ocurrieron mucho más cerca en el tiempo, en el verano de 2023, también con siete días de duración y picos de casi 39 grados.
La última ola de calor de 4 días, como la que se anuncia ahora, ocurrió hace 55 años, entre el 30 de diciembre de 1969 y el 2 de enero de 1970, con mínimas de 26,5 y máximas de 34,1, cifras bastante similares a las que trae consigo la inminente próxima semana.
PS