Debí tirar más fotos. Último disco de Bad Bunny

El artista puertorriqueño saco su sexto álbum de estudio y volvió a estar en boca de todos, esta vez, con una obra profundamente política.

Un nuevo éxito, pero distinto

DeBÍ TIRAR MáS FOToS se titula el álbum con el cual Benito Antonio Martínez Ocasio vuelve a impresionar al mundo de la música.

En esta nueva entrega, el artista apuntó a los ritmos latinos y un mensaje direccionado a homenajear a Puerto Rico, no en un sentido banal sino profundo, brotando de sus poros reivindicaciones muy sentidas de la isla caribeña. En cada una de las 17 canciones se cuelan detalles enmarcados en la historia y el presente de su tierra.

“Quisiera haber tirado más fotos, para enseñarte. Las fotos son momentos vividos, recuerdos que pasaron. Yo no era de tirar fotos por ahí, ni estar subiendo stories, ni nada de eso. Yo decía que era mejor vivir el momento, pero cuando llegas a esta edad, recordar no es tan fácil. Debí tirar más fotos, haber vivido más, debí haber amado más, cuando pude, mientras uno está vivo uno debe amar lo más que pueda”, le explica el protagonista del video promocional del álbum al sapo concho, ‘mascota’ del disco y especie endémica que se encuentra en peligro de extinción por el avance de la urbanización y el turismo sobre su hábitat.

Este comienza con la continuación del video del sencillo “El club”, desenterrando la caja de recuerdos ubicada debajo de una flameante bandera de Puerto Rico. Posteriormente, nos muestran en un interesante recorrido del protagonista, cómo los incentivos que reciben ciudadanos de Estados Unidos para mudarse a la isla generan un efecto de gentrificación que desplaza a los locales. El paralelismo con el que sintetiza el video este concepto es “quesito sin queso”, es decir, Puerto Rico sin puertorriqueños.

La misma situación es desarrollada con mayor profundidad en el cortometraje con el que publicitó El Apagón, tema del álbum Un verano sin ti. Allí expone, desde la voz de sus pobladores, la situación de Puerta de Tierra, barrio del antiguo San Juan.

El track 14 de DTMF, lo que le pasó a Hawái, termina de condensar esta crítica a la gentrificación y la perdida de identidad, haciendo un paralelismo con lo sucedido con la isla del Pacífico:

“Quieren quitarme el río y también la playa,

quieren al barrio mío y que abuelito se vaya.

No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai

que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái”.

Visualizadores de resistencia

La referencia no termina allí, cada tema del álbum es presentado con distintos visualizadores que muestran fragmentos de la historia de Puerto Rico. Los mismos fueron escritos por el historiador Jorell Melendez-Badillo, que investiga en torno al colonialismo y la resistencia en la isla.

“(Bad Bunny) estaba realmente interesado en tener ese tipo de componente histórico, para que la gente no solo escuchara las canciones en YouTube, sino que aprendiera su historia mientras lo hacía”, confesó el historiador.

Los visualizadores hacen un repaso de la historia moderna de la isla, desde las primeras expediciones de Cristóbal Colón y sus hombres para colonizar el territorio (Weltita), hasta los rasgos de dependencia semicolonial actual y los eventos que configuraron a Puerto Rico en su estadio de crisis en el nuevo siglo (La mudanza).

Así también, recorre cómo la isla pasó de ser parte del imperio donde nunca se pone el sol a la guerra con Estados Unidos y el proceso de americanización. Los animales endémicos, la lucha de las mujeres y la bandera como símbolo de puertorriqueñidad, son otros de los aspectos que se desarrollan.

Como toma elementos de la historia de su tierra, también lo hace de las raíces de su música, el visualizador de “DtMF”, desarrolla la evolución de los ritmos de la isla. Desde los primeros documentados, como la bomba, creación musical de las comunidades afrodescendientes hasta el reggaetón.

Menciona la plena, herencia afropuertorriqueña que según explica termino siendo “el ‘periódico’ de la gente, pues se usaba para documentar y trazar la cotidianeidad”.

Otra de las joyas que encontramos es la mención a “la boriqueña revolucionaria”, definen que su “letra era una oda y un llamado a las armas en lucha por la independencia de Puerto Rico”.

Ritmos de su tierra

Los samples como homenajes a los músicos boricuas de la década del 90’, las colaboraciones que muestran la sangre nueva de la juventud y el arte puertorriqueños y la instrumentalización realizada por la Escuela Libre de Música terminan de configurar una carta de amor a su isla natal.

“De aquí nadie me saca, de aquí yo no me muevo Dile que esta es mi casa donde nació mi abuelo Yo soy de P fucking‘ R” Termina enunciando Bad Bunny en el cierre del Álbum (La Mudanza), donde nos remarca: “Que recuerden que siempre fui yo, siempre fui Benito”.

La obra no solo es una carta de amor a sus raíces, es un diálogo entre ritmos latinos en lenguaje moderno, con una estética que sale de las entrañas de América Latina y un artista que nos muestra más de Benito, pero no deja de ser el conejo malo que sacudió la música juvenil en el 2016.

Un vistazo de la resistencia boricua en la que dejó su huella con las participaciones en las protestas de 2019 y que poco a poco lo encuentra cada vez más comprometido.

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