El Mes de la Herencia Hispana es una celebración que reconoce las contribuciones de los hispanoamericanos a la cultura y la historia de Estados Unidos y que es una oportunidad para resaltar la riqueza de la cultura latina y su impacto en la sociedad.
A raíz de esta festividad, los estudiantes de cuarto y quinto grado de Fronteras Spanish Immersion Charter School se unieron para elaborar una impresionante alfombra de aserrín de más de 36 metros de largo. Este proyecto artístico no solo conmemora la herencia hispana, sino que también integra elementos culturales únicos de Alaska.
Las alfombras de aserrín, compuestas por capas de ese elemento de colores, se utilizan tradicionalmente en celebraciones religiosas, especialmente durante la Semana Santa en Guatemala. Su historia se remonta a la llegada de los conquistadores españoles en 1524, que fueron quienes llevaron esta práctica a Centroamérica.
Mary Carmen Hernández, tutora de español en Fronteras, impulsó la iniciativa, destacando la importancia de mantener vivas las tradiciones latinas. Según señaló Frontiersman, ella afirmó que es fundamental que los niños conozcan y celebren las distintas raíces culturales.
Los estudiantes comenzaron a trabajar en este proyecto desde el inicio del año escolar. Integraron elementos de su propia cultura, como diseños de Alaska, y realizaron alfombras más pequeñas de 5 pies por 5 pies (152.4), fusionando la tradición de Guatemala y México con su entorno. Shelli Franckowiak, profesora de arte, expresó su orgullo por la manera en que los alumnos incorporaron íconos de Alaska, como trineos y vida silvestre, en sus obras.
La innovación en el proyecto
Los alumnos exploraron diversas temáticas en sus diseños, desde la representación de la flora y fauna local hasta elementos astronómicos. Por ejemplo, Wyatt Koski resaltó la inclusión de la Osa Mayor como un elemento destacado en su creación.
Otros artistas decidieron modificar sus ideas iniciales para mantener la originalidad. Gus Taggart optó por destacar un perro husky, que es un símbolo representativo de Alaska, añadiendo montañas a su diseño para no perder la esencia del paisaje.
Después de completar las alfombras, los estudiantes tuvieron la oportunidad de caminar sobre ellas y disfrutar de su creación de manera única. Este evento no solo celebró la herencia hispana, sino que también fomentó la creatividad y la colaboración entre los alumnos.
De todos modos, no es el primer proyecto de alfombras de aserrín en Fronteras debido a que los chicos ya habían participado en una experiencia similar hace dos años. Para muchos, esta actividad representa un ciclo de aprendizaje y al mismo tiempo un crecimiento artístico.
LA NACION