Según un estudio nutricional publicado por un grupo de profesionales en la materia, tres de cada cuatro niños de entre 4 y 12 años de edad, que viven en Argentina, no alcanzan a ingerir los requerimientos recomendados en materia de nutrientes como vitamina D y calcio.
Además, los expertos registraron que, en sus primeros años de vida, los chicos padecen deficiencias importantes en materia de ingesta de ácidos grasos esenciales omega 3 y de hierro. Finalmente, la deficiencia de fibra es casi total (97%).
¿Cuáles son las razones de estos faltantes alimenticios? Según explican desde el grupo Profeni (Profesionales Expertos en Nutrición Infantil) se basan en datos como que el 62% de los chicos de 4 a 8 años y el 63% del de 9 a 12 años “ingiere regularmente alimentación poco diversa y muy monótona. Sus comidas diarias se elaboran sobre una limitada cantidad de alimentos básicos, con muy poca variación. Eso causa deficiencia de ingerir nutrientes esenciales”, detalló el nutricionista Sergio Britos, profesor de estas temáticas en la UBA y en la Universidad de Entre Ríos.
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Y amplió: “en un contexto social de chicos y de adultos donde registramos una amplia tasa de sobrepeso y obesidad, también observamos un exceso en el consumo de alimentos de baja calidad nutricional”.
En otras palabras, se come de manera muy poco variada. Y esto no solo implica generar múltiples deficiencias de nutrientes esenciales, algo que impacta, en la salud presente, sino también afecta la salud futura de los chicos”, pronostica Britos, quien también dirige la Diplomatura Universitaria de la UCA sobre Alimentación Saludable.
Otra integrante de Profeni María Elena Torresani, directora de la Especialización en Nutrición de la Universidad Santo Tomás de Aquino en Tucumán y de la Universidad Favaloro, comentó que “este tipo de desnutrición infantil es un problema muy frecuente en países de ingresos medios y bajos. A veces ocurre por las altas exigencias laborales de los padres, que así tienen menos tiempo para la preparación de la comida. Eso genera la búsqueda de soluciones de comidas rápidas, que generalmente no ofrecen nutrientes indispensables para acompañar un crecimiento saludable”.
Al analizar cuáles son los alimentos más comunes consumidos por los chicos en sus casas, que conforman una dieta muy poco diversa, encontraron que comúnmente no son más de 35 alimentos.
Al grupo de comidas de muy baja calidad aportan el alto consumo de azúcar en preparaciones hogareñas, gaseosas y jugos artificiales, galletitas dulces, bizcochos salados, salchichas, tapas de hojaldre, mayonesa, manteca, helados, hamburguesas comerciales, facturas y alfajores.
En los de calidad “media” se suman el pan, fideos, arroz, yogur endulzado, pi-zza, carne vacuna, galletitas crackers, milanesa de carne vacuna rebozada y quesos.