La histórica bronca de este viernes en el Despacho Oval, en la que un Volodímir Zelenski abrumado intentaba, con escaso éxito, responder a la avalancha de reproches del presidente de EEUU, Donald Trump, y su vicepresidente, JD Vance, no es un hecho aislado: desde que ha regresado a la Casa Blanca, hace poco más de un mes, el republicano ha lanzado continuos desplantes al mandatario ucraniano mientras, por otro lado, cuidaba su relación con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien hace tres años mantiene una invasión a gran escala del país eslavo.
Esta es una cronología sucinta de los menosprecios que ha acumulado Zelenski en este corto espacio de tiempo:
El pasado 12 de febrero, Trump anunció que había hablado por teléfono con Putin, en una charla «larga y productiva» en la que acordaron dar inicio «de inmediato» a negociaciones encaminadas a acabar con la guerra. «Creo que este esfuerzo llevará a una conclusión exitosa, esperemos que pronto», del conflicto, añadió el presidente estadounidense, al tiempo que anunció una reunión cara a cara con su homólogo ruso en algún momento «no muy lejano».
Ese mismo día, Trump también habló con Zelenski por teléfono, una llamada que consideró que había ido «muy bien» a pesar de que horas antes, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, su secretario de Defensa, Pete Hegseth, había lanzado un jarro de agua fría sobre las aspiraciones de Kiev: «Estados Unidos no cree que la pertenencia a la OTAN para Ucrania sea un resultado realista de un acuerdo» con Rusia para poner fin a la guerra, y volver a las fronteras de 2014 es un objetivo «ilusorio».
Seis días más tarde, el 18 de febrero, Trump propinó un fuerte revés a Zelenski. «Impera una ley marcial en Ucrania en la que el líder, siento decirlo, tiene un apoyo del 4%», dijo en Mar-a-Lago al ser preguntado si Washington estaría dispuesto a forzar a Kiev a celebrar elecciones, tal y como plantea Rusia. También le responsabilizó de haber iniciado la guerra –cuando fue Moscú quien invadió territorio ucraniano en 2022– y de desviar parte del dinero recibido de EEUU. «El presidente Zelenski me dijo la semana pasada que no sabía dónde estaba la mitad del dinero que les habíamos dado», sostuvo el presidente estadounidense.
Un día después, el 19 de febrero, el republicano abundó en lo dicho la víspera pero fue mucho más allá al acusarle de ser un «dictador» por no convocar elecciones, a pesar de que el país se encuentra en guerra contra Rusia desde hace tres años y de las pocas garantías democráticas que podrían tener unos comicios celebrados en estas condiciones.
En un mensaje colgado en su red, Truth Social, el mandatario estadounidense insistió en sus presiones al líder ucraniano. «Se niega a tener elecciones, está muy por debajo en las encuestas y en lo único en lo que era bueno era en manipular a (Joe) Biden. Un dictador sin elecciones«, afirmó antes de instarle a que se moviera «rápido o no le quedará ningún país» y de asegurar que «ha hecho un trabajo terrible, su país está destrozado y MILLONES han muerto innecesariamente».
El furibundo mensaje fue una reacción por la acusación de Zelenski de que Trump «vive en una burbuja de desinformación» que le habría llevado a dar por ciertas tesis difundidas por Rusia, como el supuesto índice mínimo de popularidad del mandatario ucraniano, y por las quejas del ucraniano por el inicio de las conversaciones ruso-estadounidenses en Arabia Saudí «sobre Ucrania sin Ucrania». «Estoy muy decepcionado» por estas declaraciones, respondió Trump, «lleváis allí tres años. Deberíais haberlo terminado hace tres años. Nunca deberíais haberlo empezado».
El penúltimo desplante de Trump a Zelenski tuvo lugar esta misma semana, el miércoles 26 de febrero, durante la primera reunión del gabinete en la Casa Blanca, cuando el estadounidense insistió en que Ucrania «se puede olvidar de la OTAN» y apuntó a Europa como la responsable de fijar las garantías de seguridad que reclama Kiev para blindarse frente a la Rusia de Putin. «No voy a dar muchas garantías de seguridad. Vamos a hacer que Europa lo haga porque (…) es el vecino de al lado, pero nos vamos a asegurar de que todo salga bien», afirmó Trump, al tiempo que anunció la visita de Zelenski a Washington de este viernes para firmar el acuerdo sobre minerales y recursos naturales que se ha quedado en el tintero. «Muchas cosas pueden pasar en los acuerdos. No puedo garantizarlo, pero creo que tendremos uno», añadió.
Para el magnate neoyorquino, el pacto para la explotación de minerales es la compensación por la ayuda económica aportada por EEUU a Ucrania durante estos tres años de guerra, «coger aquello a lo que tenemos derecho«. «Es un gran acuerdo para Ucrania porque nos lleva (a los estadounidenses) allí y vamos a estar trabajando allí», razonó. «Estaremos en la tierra y, en cierta forma, es una especie de seguridad automática porque nadie va a meterse con nuestra gente cuando estemos allí», añadió dando a entender que este acuerdo económico podía ser considerado como una garantía de seguridad militar.
En esta misma charla, Trump volvió a elogiar a Putin: «Es un tipo muy inteligente y una persona muy astuta«.
En la víspera de su encuentro de este viernes en el Despacho Oval, el 27 de febrero, Trump intentó rebajar la tensión y pareció quitar hierro a la dura acusación de «dictador» contra Zelenski. «¿Dije yo eso? No puedo creer que haya dicho eso. Siguiente pregunta», afirmó en tono de broma en respuesta a la prensa durante el encuentro que mantuvo con el primer ministro británico, Keir Starmer, en la Casa Blanca.
En la misma comparecencia, reiteró su negativa a que Ucrania se integre en la Alianza Atlántica: «Eso no va a suceder. Eso es lo que inició todo esto», dijo en referencia a la guerra. Sin embargo, se mostró abierto a que Ucrania pueda recuperar parte del terreno conquistado por Rusia: «Intentaremos recuperar todo lo posible».